La fabricación de cristal se ha convertido en toda una tradición que comenzó en la isla de Torcello al norte de Venecia.
A principios del siglo XIII, por primera vez se reconoció al gremio de los “Fiolai”,
de esta forma se les llamaba a los artesanos que fabricaban cristal.
En 1291, mediante un decreto, el “Maggior Consiglio” de la República de Venecia
dio la orden de destruir todos los hornos de fundición de cristal en los
barrios de Rivoalto, con el objetivo de proteger la ciudad del fuego. Fue en
ese momento que la isla de Murano, que ya contaba con varios talleres activos,
se convirtió en el corazón de la producción de cristal, y en el siglo XVI
alcanzó su madurez.
En el siglo XVII, el veneciano Zuanne Geronimo Gazzabin enlazó el apellido
familiar con el Arte del Cristal de Murano para siempre. Zuanne se convirtió en
el propietario de un horno de fundición en Murano en 1640, llamado “Al
Bastian”. Dos generaciones más tarde, el apellido de familia Gazzabin fue
cambiado por el apellido Vistosi, el
nombre de pila de uno de los miembros de la familia.